ORDEN SOSTENIBLE.
Se ha hablado y escrito mucho sobre la crisis económica, la burbuja inmobiliaria y los motivos que las provocaron y creo modestamente que durante mucho tiempo se seguirá estudiando este fenómeno, para mi parecer, con una incidencia muy superior en nuestro país que en el resto de la Unión Europea.
El sector inmobiliario y todos los profesionales que participamos en él estamos muy sensibilizados y todos tenemos nuestra particular interpretación y conclusiones al respecto de los errores que se cometieron en el pasado.
Nadie desea tropezar en la misma piedra. Las consecuencias y el camino hasta iniciar la recuperación que hoy experimentamos han sido demasiado duras e incluso tremendamente crueles con el sector y en consecuencia también lo fueron para la economía de un país como España que depende enormemente de su estabilidad.
Opino pues, que la estabilidad del sector inmobiliario depende enteramente de que su crecimiento esté basado en un orden sostenible. Es decir, que tal y como hacen históricamente las cooperativas de vivienda, el proyecto nunca esté por delante o nazca antes que la demanda.
Aquí no cabe decir “¿qué fue antes, el huevo o la gallina?”. Hoy no se puede jugar ni especular con este orden. El orden sostenible solo pasa por gestionar suelo, proyectos, fases y políticas de vivienda allí donde éstas se demandan y sólo allí.
Ya no se puede volver a cometer este error, no se puede diseñar o impulsar un proyecto de viviendas si no se ha estudiado o clasificado previamente la demanda de base y real de su mercado específico, que se agrupa de forma natural en las cooperativas de vivienda.
Por eso nunca será válido un estudio de mercado, y no me refiero a un estudio de mercado hecho por un becario que navega a toda velocidad por internet en los portales inmobiliarios más conocidos. Evidentemente me refiero a un análisis profundo de detección y selección de la verdadera necesidad de acceso a la vivienda, tanto en propiedad, como en uso temporal.
Ese es el trabajo profesional que más valoran los agentes y profesionales del Sector Inmobiliario, sobre todo los Bancos, Cajas, Fondos de Inversión, Constructoras, Compañías de Seguros, etc, incluyendo a las administraciones públicas, ya que ahí radica la garantía del éxito de la promoción inmobiliaria y solo ahí. Ése es nuestro “saber cómo” o como dirían los amantes de los anglicismos, ése sería nuestro “know how”. En el resto de los apartados; jurídico, económico, financiero, técnico, etc, existen grandes y reconocidos profesionales, pero a la hora de rastrear, detectar, identificar y extraer el dato más preciado, “la demanda real”, es donde en el pasado se falló estrepitosamente y donde hoy, más que nunca, debemos incidir y exigir rigor profesional, aplicando nuestro know how con respeto escrupuloso a este incuestionable orden.
