A la vuelta de las vacaciones nos vemos obligados a analizar cómo se presenta el nuevo curso y con ello, intentamos, como ya es casi una tradición profesional, vaticinar el cierre del ejercicio anual en nuestro Sector.
Nadie, y mucho menos tras esta dura pandemia, podía pensar que el Sector inmobiliario en el que nos incluyen a las Cooperativas de vivienda tuviera una recuperación y un protagonismo tan potente y relevante.
Tanto es así, que algunos ya hablan de ¿burbuja inmobiliaria?, y otros como yo, decimos que asistimos a un momento histórico que ha de aprovecharse con optimismo e ilusión, sin olvidar los errores cometidos años atrás, teniendo una gran oportunidad de dar respuesta social y económica a nuestro país.
Los índices oficiales y los testigos de las plataformas y portales profesionales hablan por sí solos; la demanda y compraventa de viviendas, tanto nuevas, como de segunda mano no ha parado de aumentar en todo el año 2021.
Respecto al mes de julio del año 2020, las transacciones se han disparado en un 74%, con más de 48.300 escrituraciones formalizadas y un incremento de más de un 40% en hipotecas concedidas, casi 38.000, alcanzando y superando los niveles de los últimos años. Un verdadero récord si además añadimos que el precio o valor de mercado de la vivienda no ha cesado de subir; así es, tanto de los proyectos de obra nueva en torno a un 0’5% mensual, como también el de la vivienda de segunda mano ha tenido un aumento constante, ésta última con una media del 0,6% mensual.
El mercado inmobiliario, y el nuestro también, se ha abierto y adaptado a las nuevas necesidades y demandas sociales, observando grandes y llamativos cambios que obedecen y atienden nuevas y diferentes formas de vivir.
Por ejemplo, reaparece el pequeño inversor. Busca vivienda de segunda mano que pueda rehabilitar o de obra nueva asequible para ponerla en circulación en el mercado del alquiler.
Ha nacido también el usuario o consumidor de una vivienda que le permita también teletrabajar en ella, por lo que, o bien, ha adaptado su antigua vivienda, fomentando la rehabilitación, o bien, ha buscado y adquirido otra vivienda, pero esta vez, a las afueras de su ciudad o entorno habitual, llegando incluso a cambiar de localidad en cinturones más alejados, lejos de su puesto de trabajo.
Identificamos a grandes inversores que están fomentando el parque especifico de alquiler. Ello está generando un gran número de operaciones de compra de suelo que ofrecerán muy pronto alternativas adecuadas y asequibles a sectores de la población que podrán elegir no comprar. Quizás por ello el precio del mercado del alquiler, al contrario que el de la adquisición en propiedad, se ha estabilizado.
Las cooperativas, y el Sector de la Economía Social en materia de vivienda al que sí pertenecemos, gracias nuestra capacidad para escuchar o consultar hemos sabido ver este incremento de demanda de vivienda en nuestra sociedad como la gran oportunidad que nuestro país necesita para generar riqueza y empleo atendiendo además una nueva y mejor forma de vivir de nuestra población.
En mi humilde opinión, creo que todos los profesionales que estamos comprometidos con, hacer de la vivienda nuestra forma de vida, debemos poner todos nuestros medios y conocimientos acumulados a nuestro alcance para que este nuevo movimiento social sea atendido con cabeza, control y siempre un poco de corazón.