Lo llaman la España vaciada o vacía.
Este proceso de despoblación es, sin duda, una de las grandes preocupaciones de todos los que defienden una forma de vida y una sociedad rural que cumple con un equilibrio y una función medioambiental absolutamente esencial para el conjunto e intereses de nuestro país.
A pesar de que la población española ha crecido en más de 12 millones de habitantes desde 1975, de manera imparable, se está produciendo un movimiento migratorio interno desde las zonas rurales a las grandes capitales y núcleos urbanos que impactan gravemente y directamente en una economía general que afecta a infinidad de sectores profesionales y lo más grave de todo, a servicios sociales fundamentales.
Es una cadena de consecuencias, que alimenta la paulatina y lenta destrucción de puestos de trabajo, y ello a su vez, genera inexorablemente el movimiento migratorio de jóvenes familias buscando el bien estar y la estabilidad económica. La pérdida de población y de futura natalidad, genera una retirada, y en muchas ocasiones, la eliminación de servicios sociales y asistenciales que agravan la problemática sin que parezca tener una clara solución.
Estas despoblaciones, con sus inevitables reducciones de medios económicos, técnicos y humanos, ponen en riesgo el equilibrio natural del campo, su flora y su fauna. No es una exageración, se trata de una realidad documentada y constatable.
CONCOVI como Agente Social en materia de vivienda, también está obligado a analizar este gran problema e intentar buscar soluciones que ayuden a paliar o al menos reducir este impacto.
Como siempre, en colaboración con las Administraciones Públicas, propondremos a los ayuntamientos y comunidades autonómicas un Plan de Choque que, mediante la puesta en carga de Patrimonio Público, Suelo, Edificios en desuso, etc, se pongan al servicio de la sociedad rural y de las jóvenes familias para que puedan acceder a su vivienda en unas condiciones muy favorables. La autopromoción y las Cooperativas que podrían ser impulsadas por este segmento de la población, diseñarían proyectos gestionados a través del Cohousing, con la finalidad de generar a través del movimiento cooperativo de segundo grado, es decir, cooperativas de cooperativas asociadas y vinculadas a la promotora de viviendas, actividades y servicios comunes que, a su vez, generasen puestos de trabajo entre los consumidores de las propias viviendas.
Este método, junto con un ambicioso Plan Estratégico de Empleo, en colaboración con las Consejerías de Trabajo y el propio Ministerio de Empleo, permitiría, al menos, ofrecer una alternativa de Vivienda, Trabajo y Futuro digno a muchas jóvenes familias que empiezan su andadura con grandes dudas y temores ante las pocas o exclusivas alternativas que hoy se ven obligados a aceptar.
Hagamos posible otras vías, otras formas de vivir, para que ellos elijan.