Viven en universos paralelos. Los jueces y los banqueros no tienen ni idea de por qué los otros hacen las cosas que hacen. La falta de entendimiento es total. Es más, se desprecian mutuamente y piensan que los contrarios son el principal problema de la sociedad. En medio de esa batalla se encuentran los clientes que quieren reclamar por cláusulas abusivas: suelo, vencimiento anticipado, gastos de formalización de la hipoteca, etc. Y no solo ellos: la seguridad jurídica, la inversión extranjera en el sector financiero —como ha advertido esta semana la consejera delegada de Bankinter, Dolores Dancausaâ—, el papel de los notarios y, en último término, la financiación de la economía también están en juego en esta disputa.
Es más, esto va a agravarse a partir de la sentencia que ha dictado esta semana el Tribunal de la UE, que dice que los jueces españoles deben revisar todas las cláusulas de una hipoteca y no solo aquellas cuyo reintegro reclame el cliente. Con este desconocimiento e incomprensión mutuos, puede pasar casi cualquier cosa, como que a algún magistrado en busca de sus cinco minutos de fama se le ocurra decir que todas las hipotecas en vigor son nulas. Lo cual puede desestabilizar todo el sistema financiero.
Pleno del Consejo General del Poder Judicial. (EFE)
Desde la banca, se quejan amargamente de que los jueces viven en su torre de cristal y están totalmente desconectados del mundo real, algo que se agrava cuanto mayor es el rango del tribunal. Tantos años de estudio teórico y oposiciones han hecho que vivan inmersos en sus libros y sus disquisiciones doctrinales, y que basen sus sentencias en razonamientos teóricos sin ninguna conexión con los hechos que juzgan e incomprensibles para cualquier mortal fuera de su pequeño mundo, argumenta el sector.
Esto, que sucede en todos los asuntos que dirime la justicia, se agrava en las cuestiones bancarias, que requieren unos mínimos conocimientos de los que carece la inmensa mayoría de la judicatura. «Los jueces no tienen ni la más remota idea de qué hace un banco o cómo gana dinero», se quejan en una entidad. Es decir, ni siquiera saben que el negocio básico bancario consiste en tomar prestado dinero para prestarlo a un interés más alto —sin entrar siquiera en las diferencias de plazos—, ni que su principal actividad es el control del riesgo: cuando prestas dinero, corres el riesgo de que no te lo devuelvan y debes minimizarlo. En consecuencia, desconocen por qué ha habido que rescatar a las cajas de ahorros u otras cuestiones más complicadas como las provisiones o la solvencia.