Las cooperativas de vivienda están viviendo un momento de transformación. Ante la creciente dificultad para acceder a una vivienda en propiedad o en alquiler asequible, estas entidades están adaptando sus modelos para ofrecer nuevas modalidades de promoción que se ajusten a las necesidades de las familias actuales.
Hasta ahora, el modelo más habitual era la promoción cooperativa tradicional, en la que los socios impulsaban la compra del suelo y construcción de sus viviendas y, a su vez finalizada las obras, se convertía en propietarios. Este sistema basado en aportaciones de los cooperativistas (20%), orientadas a la compra del suelo, y financiación bancaria (80%) como préstamo promotor, que posteriormente se transforma en hipotecas para los cooperativistas cuando estos adquieren sus viviendas, ha permitido durante décadas levantar miles de hogares en todo el país
Sin embargo, la realidad social y económica ha cambiado. Por eso, las cooperativas han dado un paso más y ahora también promueven viviendas en alquiler con opción a compra y viviendas en cesión de uso, en colaboración con las Administraciones Públicas
En el caso de la vivienda en alquiler con opción a compra, los socios pueden acceder a un hogar abonando un alquiler durante 20 años, con la posibilidad de adquirirlo posteriormente descontando hasta el 85% de las rentas pagadas. Este modelo combina la estabilidad del alquiler con la oportunidad de convertirse en propietarios a medio plazo, y se apoya en ayudas públicas (subvenciones y fórmulas de financiación asequible). Este sistema también se basa en aportaciones de los cooperativistas (20%), orientadas a la compra del suelo, y financiación bancaria (80%) como préstamo promotor para construir las viviendas. Cuando se entreguen las viviendas, comenzaran las cuotas de alquiler que amortizaran dicho préstamo promotor durante 20 años, pasado este periodo los socios podrán ejercer la opción de compra. Tanto la cuota de alquiler como el valor de la vivienda estarán regulados por los valores oficiales de modulo.
Por otro lado, el sistema de cesión de uso o alquiler a largo plazo en suelo público es muy parecido al alquiler con opción a compra, solo que el suelo no se compra, sino que está cedido por un periodo, por lo que el coste es mucho menor, disponiendo los socios de este periodo, unos 75 años, para disfrutar de las viviendas en alquiler, pudiendo tambien acceder a ayudas públicas. Igualmente, en este modelo las cuotas de alquiler servirán para amortizar el préstamo promotor con el que se construirán las viviendas, solo que una vez liquidado dicho préstamo (30-35 años) los cooperativistas no podrán optar a comprar la vivienda, podrán seguir en alquiler hasta el fin del periodo de cesión de uso, pero con una cuota de alquiler muy baja, dado que los costes, a partir de ese momento, se reducen prácticamente al mantenimiento de las instalaciones.
En este formato, los socios no son ni serán propietarios de la vivienda, pero si disfrutan de su uso a precio muy por debajo del de mercado, garantizando una vivienda digna y estable sin necesidad de endeudarse.
Desde la Confederación de Cooperativas de vivienda de España (CONCOVI) destacan que “las cooperativas se han convertido en una herramienta eficaz y flexible para garantizar el acceso a la vivienda en distintos regímenes, adoptándose a las circunstancias de cada territorio y a la capacidad económica de las familias”. La entidad subraya además que el modelo cooperativo “no busca rentabilidad especulativa, sino ofrecer soluciones sociales, sostenibles y asequibles”.
Estas nuevas fórmulas ponen de manifiesto la capacidad de las cooperativas para adaptarse a los nuevos tiempos, ofreciendo soluciones reales y sostenibles al problema de la vivienda. Con la colaboración de las Administraciones Públicas y el apoyo financiero adecuado, las cooperativas se consolidan como un actor clave en la creación de un parque de vivienda más asequible, social y equilibrado.
