FECOVI celebra el I Seminario BASE VIVA: Vivir en Cooperativa
01-12-2020
CONCOVI tiende la mano al Partido Popular para colaborar en su nueva estrategia de Política Social y Vivienda
09-12-2020

Opinión del presidente: Diciembre 2020

Nada se ha cumplido.

Nunca pensé que me alegraría tanto despedir un año en el que albergué tantas esperanzas e ilusiones profesionales y personales.

Nunca pensé que el 2020 sería un año tan dañino, tan estéril y sobre todo tan cruel; nada se ha cumplido.

A los de mi generación, basándonos en la experiencia de nuestra confortable y occidental existencia, al haber vivido siempre en libertad, sin miedo a nada ni a nadie que pudiera amenazar dicho confort, nos da, como mucho, para inocentemente imaginar o vaticinar años buenos y malos, siempre bajo la lectura del relato político, económico, del empleo, de los avances tecnológicos o cosas así, pero nunca pensamos en un enemigo que tras su invisibilidad y sigilo, se escondería un implacable destructor de sueños, proyectos y vidas humanas.

Por costumbre y por mi forma de afrontar el año entrante, vengo evaluando positivamente el balance de todos los periodos de mi vida, quedándome o intentando aprender del lado positivo de los acontecimientos y resultados vividos, a pesar de haber sufrido en alguno de ellos, importantes pérdidas de toda índole. Sin embargo, del 2020, si lo pienso bien, no extraigo nada que me haga sonreír. La solidaridad, el sacrificio, esfuerzo y lucha de nuestros valientes sanitarios, de las fuerzas de seguridad, de toda la sociedad en general contra este virus asesino es, sin duda, admirable y encomiable, pero sin embargo tras ello, hay tanta tristeza y sufrimiento que, sinceramente, no me compensa; ojalá fuera todo mentira.

Pero no por ello, esta pandemia va a cambiar mi manera de afrontar el futuro, y en eso seguiré siendo fiel a mi naturaleza llena de ilusiones y esperanza. Despido al triste y equivocado 2020 como quien se despide o rompe con una pareja que no aprecia lo mucho que vales, ¡que le den!, y abrazo y doy la bienvenida al cierto y vigoroso 2021 que, seguro, nos devolverá las risas, las ilusiones y proyectos de vida que nos han sido robados.

Las crisis económicas, financieras, empresariales y sociales que he vivido o estudiado son sobrevenidas por múltiples causas, a veces sin aparente correlación, pero que cuando coinciden en un espacio de tiempo muy concreto y reducido, atacan simultáneamente nuestro orden y equilibrio estructural, cada vez más globalizado, es decir, suelen ser crisis internacionales o de un amplísimo impacto extraterritorial causados por muchos motivos que afectan a multitud de países. De este tipo de crisis cuesta años salir ya que son numerosos los frentes y las estrategias coordinadas las que han de aplicarse para superarlas.

Sin embargo, la crisis que hoy afrontamos es una crisis impuesta y que es manipulada a su antojo por un solo elemento, sólo uno. Es un enemigo perfectamente identificado y que, aunque él no lo sepa, está totalmente acorralado.

Completamente seguro de lo que digo, quiero lanzar un mensaje de esperanza y de alegría en estas Navidades, reflexionando sobre la rápida y poderosa recuperación de esta crisis tan diferente a otras, una amenaza que se ha colado en nuestras vidas sin permiso, ni respeto y que cuando la expulsemos y erradiquemos, la olvidaremos y enterraremos a toda prisa, demostrando una vez más la unidad y fortaleza de la humanidad ante los enemigos que la subestimen.

Quiero desear a todos los españoles y a todo el mundo unas felices Navidades, pero sobre todo un próspero año nuevo. El 2021 habrá de ser el año del renacer de las familias, los amigos y la cooperación internacional y con ello el del trabajo, la economía y el bienestar.

Feliz 2021.